Meade
denunció la relación entre Javier Jiménez Espriú y la empresa brasileña, aunque
omitió mencionar que fue él mismo quien autorizó —como presidente del Consejo
de Administración de Pemex— la creación del complejo en el que se vinculan.
Agustín
Salgado / Verificado 2018
La familia
política de Javier Jiménez Espriú e incluso su esposa son socios de la empresa
mexicana Idesa, la misma que es socia de Braskem, una filial de Odebrecht que
participa en el complejo Etileno XXI, productor monopólico de polietileno en
México y que ha provocado pérdidas millonarias a Pemex.
Este caso lo
denunció el candidato José Antonio Meade durante el debate de este 12 de junio,
aunque el aspirante presidencial no mencionó que Etileno XXI fue un negocio
aprobado por él mismo cuando fungió como presidente del Consejo de
Administración de Pemex.
La empresa
Idesa fue fundada hace más de 60 años por Pascual Gutiérrez Roldán, el ya
fallecido suegro de Jiménez Espriú, quien fue propuesto como secretario de
Comunicaciones y Transportes por Andrés Manuel López Obrador.
El actual
director de la compañía es Patricio Gutiérrez Fernández, sobrino político de
Jiménez Espriú y hermano del embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo
Gutiérrez Fernández. La esposa de Jiménez Espriú, según informó él mismo, es
accionista de Idesa.
“Mi señora
es tía del actual presidente (de Idesa) y tiene acciones que le dejó don
Pascual, pero yo no tengo relación ninguna con Odebrecht”, dijo Jiménez Espriú,
en entrevista con Verificado 2018.
El
colaborador de López Obrador negó tener cualquier vínculo con Idesa y “mucho
menos” representar los intereses de Odebrecht y calificó de “difamación"
lo dicho por José Antonio Meade.
En su cuenta
de Twitter, el candidato del PRI amplió la denuncia y señaló que Jiménez Espriú
es director general de Idesa. “No he sido nunca director general de Idesa, que
es una empresa petroquímica mexicana que fundó mi suegro, don Pascual Gutiérrez
Roldán, hace más de 60 años. La dirigió él, sus hijos y ahora lo hace el hijo
de uno de ellos. No tiene ninguna relación con los temas de comunicaciones y
transportes, donde yo colaboro con el candidato de la coalición Juntos Haremos
Historia, Andrés Manuel López Obrador. No hay ningún conflicto de interés y
como el señor Meade lleva no sé cuántos puntos de desventaja se dedica a
difamarme”, dijo Jiménez Espriú a Verificado 2018.
En las
primeras horas de este miércoles, Jiménez Espriú respondió en su cuenta de
Twitter:
<blockquote
class="twitter-tweet" data-lang="en"><p
lang="es" dir="ltr">Ante las calumnias de un desesperado
<a href="https://twitter.com/JoseAMeadeK?ref_src=twsrc%5Etfw">@JoseAMeadeK</a>,
envío la siguiente aclaración: <a
href="https://t.co/xfmQv5FmKA">pic.twitter.com/xfmQv5FmKA</a></p>—
Javier Jiménez Espriú (@JimenezEspriu) <a href="https://twitter.com/JimenezEspriu/status/1006790362038489090?ref_src=twsrc%5Etfw">June
13, 2018</a></blockquote>
<script async
src="https://platform.twitter.com/widgets.js"
charset="utf-8"></script>
El consorcio
Braskem-Idesa se creó en 2010, con la finalidad de operar el complejo Etileno
XXI ubicado en Nanchital Veracruz. El 75% de participación corresponde a la
empresa brasileña y el 25% restante a Idesa.
A pesar de
que Braskem es una filial de Odebrecht, el consorcio Braskem-Idesa difundió el
lunes pasado un comunicado de prensa donde asegura que es una compañia
“separada e independiente” de Constructora Odebrecht en México, involucrada en
casos de soborno en México y una decena de países de América Latina.
José Antonio
Meade “denunció” la relación Jiménez Espriú-Odebrecht en el complejo Etileno
XXI, pero no mencionó que fue él mismo quien autorizó —como presidente del
Consejo de Administración de Pemex en 2011— la creación de este complejo, como dijo
Ricardo Anaya en el mismo debate unos minutos más tarde.
Meade
autorizó el contrato entre Pemex y las empresas Idesa y Braskem para instalar
la planta petroquímica Etileno XXI.
En la sesión
del Consejo de Administración de Pemex realizada el 29 de abril de 2011, los
consejeros criticaron que el contrato no hubiese sido analizado por el propio
Consejo, máximo órgano de dirección de la petrolera.
Aunque la
ley no establecía como requisito que hubiera esta autorización, en este caso
era necesario dadas las “implicaciones estratégicas de alto impacto” para la
empresa mexicana, según los consejeros.
Meade aclaró
que “no existía ninguna obligación de presentar el contrato de suministro al
Consejo, por lo que ese instrumento se había desahogado en los términos de la
normativa vigente”.
Pemex vendió
el etano a Etileno XXI por debajo del precio de mercado, lo que ha representado
una pérdida de mil 900 millones de pesos, según detectó la Auditoría Superior
de la Federación (ASF) en la Cuenta Pública de 2016. Además, para que Pemex
pudiera cumplir con el volumen prometido de etano, tuvo que comprar a otras
empresas de Estados Unidos este año.
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