Durante el debate, el candidato presidencial y exsecretario
de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, tropezó con un dato sobre
migración.
Frase: “Esta política de deportación (de Estados Unidos) hoy
implica que en nuestras escuelas y en nuestros institutos de salud haya 600 mil
niños americanos”.
Autor: José Antonio Meade
Calificación: Falso
Verificado 2018
Para sustentar el dato de que 600 mil niños estadounidenses
estudiaban y atendían su salud en México, el equipo de campaña de José Antonio
Meade dijo a Verificado 2018 que había utilizado cifras de la Embajada de
Estados Unidos en México, “en función del número de pasaportes que se tramitan
en esa representación por parte de menores migrantes de retorno” y remitió a un
artículo de Univision.
Sin embargo, la cifra no es precisa. No todos los menores que
obtuvieron pasaporte estadounidense están inscritos en educación básica, ni
tampoco se atienden en los servicios de salud del país.
Tampoco hay una cifra oficial única, pero en todos los casos,
los números que se manejan son menores a lo dicho por Meade.
En 2015 había 473 mil 582 menores nacidos en Estados Unidos
inscritos en educación básica en México, según la Encuesta Intercensal,
elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Mónica Jacobo-Suárez, investigadora sobre educación y
migración en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), señala
que “desde 2010 hemos estado entre 400 mil y 500 mil menores estadounidenses
viviendo en el país. Pero hay diferentes fuentes y todas dejan algún espectro
de la población afuera”.
Otra cifra: En el ciclo escolar 2013-2014 había 307 mil 125
niños de origen extranjero inscritos en educación básica en México; el 94% de
ellos estadounidenses (poco más de 288 mil), de acuerdo con cifras del
Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI).
Y una más: el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de
Educación Básica y Especial (CEMABE) de 2014 registra 422 mil menores
méxico-estadounidenses estudiando en el país.
Si hay cifras distintas en lo que se refiere a niños en las
escuelas, no hay ninguna sobre los inscritos en los servicios de salud. Para la
experta Mónica Jacobo-Suárez, es importante precisar que no todos los niños que
están inscritos en educación básica tienen acceso a los institutos de salud y
no hay cifras oficiales que dejen en claro cuántos niños sí tienen acceso a
estos servicios. “De hecho es muy complicado. Uno de los principales problemas
es que les piden su acta de nacimiento y no la traen. Es aventurado decir que todos
ellos reciben los servicios de salud”, señala.
Andrea Bautista, académica del Colegio de México que
investiga las barreras a la integración de la población de retorno en México,
también considera que “en cualquier caso, hacen falta profesores capacitados y
mecanismos de integración para dar una atención bicultural a los niños y
jóvenes” y señala que, a su arribo, los menores enfrentan trabas burocráticas
para revalidar certificados de escuelas estadounidenses, lo que les impide
completar el grado escolar.
“El Estado tiene que garantizar que los niños retornados
tengan acceso no sólo a la salud y a la educación general, sino a un documento
de identidad que facilite sus trámites. Muchas veces, ante la inminente
deportación, las familias no se preparan con los documentos adecuados para
acreditar su identidad, lo que afecta el acceso a los servicios de educación y
salud”, agrega la experta.
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