Gran decepción y tristeza experimentan miles de niños originarios de Durango Capital y todos los municipios del Estado de Durango, luego de que como los infantes de varias partes del mundo, salieran emocionados a pedir “calaverita” por el día de Halloween, con la diferencia de que los pequeños duranguenses regresaron a sus casas sin absolutamente ningun dulce.
Un niño de 11 años comenta que desde que era chico sus papás le explicaron que en Durango no se da calaverita “porque es un gasto innecesario para los duranguenses”, sin embargo cada día de brujas se aferraba a disfrazarse esperanzado en que un día si recibiría dulces:
“Tengo primos en Zacatecas y veo fotos de todos los dulces que le da la gente en Halloween. Desde que yo estaba chico recuerdo que cuando otros niños llegaban a mi casa a pedir calaverita mis papás le decían que no les darían nada porque no querían invertir dinero innecesario en comprar dulces.
A los 6 años me dijeron que no tenía caso que saliera pedir en Halloween porque nadie me daría nada, pero yo tenía la ilusión de disfrazarme y llegar a mi casa con cientos de chicles, paletas, chocolates y otras chucherias. Muy a fuerzas los convencí de que cumplieran mi sueño de comprarme un disfraz, pero lo otro de recibir muchas golosinas no lo pude lograr, y siempre me decían que era por la cultura del ahorro en Durango”, comentó el infante.
Es por este tipo de situaciones de no dar calaverita que demostramos lo importante que es no despilfarrar el dinero en nada, excepto en lo más básico.
En Durango hay navidades, cumpleaños ni Halloween, los niños pueden salir pero desde chico les advertimos que no les darán dulces, y así van creciendo con esa mentalidad. Se que los mexicanos no lo entenderán.
Según varios medios, solo un 5% de los niños duranguenses que se disfrazaron tuvieron un dulce, pero fue porque sus propios padres se los compró: “mi hija de 5 años lloró porque no le dieron nada, y pues le tuve que comprar ya una paleta mínimo. Debe de entender que no podemos despilfarrar el dinero en cosas como golosinas, sino luego vamos a estar como los estados del sur que no tienen nada y nos quitan todo.
Con la paleta se puso contenta, espero que los próximos años entienda que solo se disfrazará y aunque pida dulces no obtendrá nada. Y espero que no crezca mucho porque el trajecito de bruja que uso es el único que utilizará durante todos los Halloween que dure su niñez”, comentó la madre, quien orgullosa reveló que dicho traje de bruja además lo usó ella, su mamá, su abuela, y así por 5 generaciones, para ahorrar y no comprar otro disfraz en la familia.
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